domingo, 9 de diciembre de 2012

Nuestro viaje a Japón.

Normalmente no le damos tanto revuelo a un simple viaje, pero sabemos que Japón es un sitio que despierta un especial interés a mucha gente, así que voy a hacer una crónica de nuestro viaje. Si teneis cualquier duda dejad un comentario. Hay más fotos en mi facebook, tampoco quiero saturar esto.

Martes 13. Día 1. Llegada.
Salimos de Madrid el día 12 por la mañana y llegamos a Tokyo el día 13 a las 11 de la mañana. Tuvimos que hacer escala en Moscú, en total fueron unas 16-17 horas de vuelo. Llegamos al aeropuesto de Narita, tuvimos que pillar un tren bala (Shinkansen) hasta Tokyo, luego coger un par de metros hasta la parada de nuestro albergue en Akebonobashi, muy cerca de Shinjuku. Total, se nos fue el día entre viajes y demás, así que llegamos al hotel, dejamos las cosas y nos dimos una vuelta por los alrededores de Akebonobashi y cenamos por primera vez allí. Fue en una franquicia a la que luego iríamos varias veces más, tuvimos que elegir la comida en una máquina automática con imágenes de las comidas... y aún así no teníamos ni puta idea de qué pedir. Creo que nos pedimos carne con un bol de arroz. En fin, nos fuimos temprano al albergue a dormir (compartiendo habitación con 11 personas, algunas muy variopintas), para madrugar e ir por la mañana al Palacio Imperial de Tokyo.



En el aeropuerto de Moscú, y en el avión hacia Tokyo.



 Una de las entradas del barrio Akebonobashi.

Miércoles 14. Día 2. Palacio Imperial, Ginza y Akihabara.
Nos despertamos a las 5:30 de la mañana, y nos metimos un pedazo de desayuno japonés, un bol de arroz con huevo, algas, carne, y algunas cosas que no teníamos ni idea de qué coño hacer con ellas, una de las cosas que más estoy echando de menos son esos desayunos. Nos fuimos al Palacio Imperial de Tokyo (皇居), donde supuestamente reside el actual emperador de Japón. Es gigantesco, tiene cantidad de jardines y cosas, así que nos tiramos hasta las 1 o así dando vueltas por allí, y nos fuimos a Ginza (銀座), un barrio donde se encuentran centros corporativos de empresas occidentales, como Sony. Paramos a comer en un restaurante tradicional de allí, y pedimos Yakisoba, unos fideos japoneses riquíiiiiiiisimos. Tampoco había mucho que ver por Ginza, así que nos fuimos a uno de mis sitios preferidos, Akihabara (秋葉原電気街), la ciudad de la electrónica. Nada más salir de la estación nos topamos con el edificio de SEGA, un sitio para ludópatas, así de claro jaja. Dimos una vuelta por la zona y no podíamos evitar entrar en cada tienda, nos compramos multidud de mierdas, como Godzillas y muñecos de Evangelion (Evangelion por todos laos por cierto, ya que se estrenaba la peli 3.0), todo bastante bien de precio. Había tiendas de videoconsolas de segunda mano, SNES por 5 euros, Game & Watchs, Famicoms. Yo iba buscando tiendas de música para comprarme unos discos de Maximum The Hormone y Kamomekamome, pero lo único que encontrábamos por ahí eran tiendas enteras dedicadas a grupos al estilo Spice Girls y Backstreet Boys. En fin, echamos la tarde y nos piramos al anochecer al albergue. Click en las fotos para verlas en grande.
 En el Palacio Imperial de Tokyo.

 En Ginza, cuando paramos a comer yakisoba.

 Akihabara.


Jueves 15. Día 3. Templo Sensō-ji, Shibuya, Yoyogi y Tochō.
Nos volvimos a levantar super temprano, teníamos un jetlag extraño, yo de vez en cuando tenía la sensación de que el suelo estaba desnivelado, y el Caña no hacía más que desvelarse por las noches... Nos fuimos a Asakusa, al Templo Sensō-ji (金龍山浅草寺), el templo más antiguo de Tokyo. Nada más salir de la estación nos encontramos un famoso edificio con forma de jarra de cerveza. Antes de entrar al templo, había callejuelas con tiendecitas al más puro estilo japonés, no pudimos evitar comprar todo tipo de mierdas de nuevo, como nuestras increibles gafas pixeladas. Echamos la mañana por allí y nos fuimos a Shibuya (渋谷区), a ver el famoso cruce, la estatua de Hachiko, y el barrio en general, que es impresionante. Cerca de ahí estaba el Parque Yoyogi (代々木公園), muy conocido por la gente variopinta que lo frecuenta. Fue curioso que nos paró un japonés, hablando en inglés, que nos pidió que felicitáramos a su prometida grabándonos con la cámara de video, diciendo un texto en japonés... fue enfermizo, así que le regalamos un CD de Regma jaja. Entre unas cosas y otras se nos hizo de noche y nos fuimos al Tochō (都庁), el edificio del Gobierno metropolitano de Tokyo, que está entre los 10 edificios más altos de Japón, y desde allí hay unas vistas de la ciudad realmente impresionantes.
 El templo Sensō-ji y alrededores.
 
 El famoso edificio con forma de jarra de cerveza, en Asakusa.

 El Caña con Hachiko y yo en el mítico cruce de Shibuya.

 Entrada al parque Yoyogi.


Las vistas de Tokyo desde el Tochō.

Viernes 16. Día 4. Osaka.
Nos levantamos y nos fuimos a pillar un Shinkansen hacia Osaka (大阪市), donde nos recogería nuestro amigo Joaquín, que vive allí. Las vistas en el Shinkansen eran lo mejor del mundo, veíamos cantidad de pueblos super tradicionales, me dan unas ganas terribles de jubilarme en cualquier pueblo perdío de allí, enviando bombas por correo. Vimos el monte Fuji desde ahí, también. Llegamos, fuimos al piso de Joaquín, y se fue a trabajar a Aupa, un bar español super auténtico, donde conocimos a su jefe Matsuki, que quedó en llevarnos alguna noche por al Osaka profundo. Salió Joaquín y nos llevó a las famosas calles de Osaka, que me gustaron más que las de Tokyo.
Paramos a picar unos takoyakis (たこ焼き), que son unas bolitas de pulpo típicas de la región de Kansai... Al Caña le dieron asco. Llegó la noche y salimos a un garito con unos amigos de Joaquín, entre ellos su compañero de piso Jojo, que es un fucking French, y a la loca de Yui Sasaki, que nos acompañaría en nuestros últimos días por Tokyo. Bebimos cerveza japonesa. Mu rica por cierto.

 Las calles de Osaka.

Comiendo Takoyakis.

En el garito.

Sábado 17. Día 5. Osaka.
Este día llovió, así que decidimos no irnos muy lejos, fuimos a hacer la compra pa ahorrar un poco los días que estuviéramos allí, y al medio día fuimos a comer ramen a un barecillo típico, y a la vuelta me compré los discos que buscaba, el último de Maximum the Hormone (ぶっ生き返す), en versión japonesa como yo quería, y el último de Kamomekamome (Happy rebirthdat to you), un grupo de metal japonés que me flipa, y que se desconoce totalmente fuera de Japón, y pillármelo por internet me costaba un ojo de la cara. Por la tarde nos echamos unos Mario Karts online, con peña japonesa que nos destrozaba, y nos partimos el culo. Creo recordar que esa noche me di una vuelta yo solo por Osaka y acabé perdiéndome, llegué hasta a asustarme porque no llevaba ni móvil, y los metros estaban apunto de cerrar, al final encontré por mi mismo el camino de vuelta.
 Los discos de Kamomekamome y Maximum the hormone.


Domingo 18. Día 6. Hiroshima y Miyajima.
Nos fuimos a Hiroshima (広島市). Llegamos, y decidimos pillar un barco hacia la isla de Miyajima (宮島), el sitio más bonito de todo Japón (y de todo el mundo) sin duda, el único fallo es que está super plagado de turistas, pero por lo demás es super tradicional. Ahí se encuentra el santuario Itsukushima (厳島神社), que está construido sobre el agua, nos purificamos, y entramos. Pagodas, toriis, callejuelas, y un montón de ciervos. Nos compramos unos gorros típicos japoneses e íbamos haciendo el subnormal con ellos, lógicamente. Con la tontería empezó a anochecer y tuvimos que irnos a Hiroshima, a ver el Parque de la Paz (lugar donde cayó la bomba). Llegamos y cogimos un tranvía hasta la parada, gracias a una muchacha que nos vió con cara de no saber ni cómo nos llamábamos. Echamos a andar en la dirección contraria (...) y llegamos al Castillo de Hiroshima (広島城), aunque ya estaba cerrado, ya que este tipo de monumentos los cierran a las 5 de la tarde (?), así que nos limitamos a alabarlo desde lejos. Fuimos al parque de la Paz, y vimos la mítica cúpula Genbaku (原爆ドーム) que no se derrumbó pese a estar a unos 150 metros del epicentro de la bomba, vimos muchos monumentos, y el reloj que quedó en la hora de la bomba. El lugar era bastante desolador, había muy poca gente en el gigantesco parque, y todo daba muy mal rollo. Al Caña le recordó a cuando estuvo en los campos de concentración de Alemania. Se nos hizo tarde tarde y estuvimos apunto de no poder volver, pillamos los últimos Shinkansen y metros para llegar de nuevo a Osaka.

Shinkansen.





Todas estas imágenes son de Miyajima.

El castillo de Hiroshima, la cúpula, y el monumento del epicentro de la bomba.



Lunes 19. Día 7. Kyoto, Fushimi Inari y Kinkaku-ji.
De nuevo nos levantamos y pillamos un Shinkansen, esta vez a Kyoto (京都市), un sitio que se nos quedó gigante para verla en un día, pero no pudimos volver... Lo primero que vimos fue el Fushimi Inari (伏見稲荷大社), que es IMPRESIONANTE, algunos recordareis esta zona de la película Memorias de una Geisha. Es una montaña con miles de toriis rojos, con cantidad de caminos a elegir, así que nos perdimos miles de veces, llegando a santuarios comíos por el moho y cosas así, maravilloso. Estando en lo alto de la montaña no había ni un turista, así que paramos a comer fideos (no recuerdo ahora mismo cuales eran) en un restaurante super tradicional, comiendo en el suelo, con vistas a lo bajo de la montaña, con los toriis en procesión... genial.
Volvimos a la parada principal de Kyoto, y pillamos un bus (lo único que nos faltaba ya...) hasta el Templo del Pabellón de Oro, o Kinkaku-ji (金閣寺), un templo con las paredes forradas de hojas de oro puro, estaba lleno de cerezos naranjas y rojos (¡un par de semanas antes los hubiéramos pillao floreciendo!), así que fue otro de los sitios que más me gustaron del viaje.
Volvimos a Osaka y cenamos con unos amigos de Joaquín en Aupa (el bar español), y luego hicimos una fiesta del pijama (?). Había mucha gente de países diferentes, hablando todos en inglés, así que me sentí un poco retrasado mental por ser el que menos sabía...

 La entrada del Fushimi-inari.


 Diversos lugares del Fushimi-inari.

 
 El sitio tradicional donde comimos, y las callejuelas de Kyoto.



 Kinkaku-ji.


 Cenando en Aupa.

 En casa, haciendo el hijo de puta.




Martes 20. Día 8. Castillo de Osaka.
Nos despertamos y nos fuimos al Castillo de Osaka (大坂城), muy bonito, sobre todo de lejos, la típica imagen del castillo con los rascacielos de fondo, ya que de cerca se nota bastante su recostrucción. Dentro hay un museo, que no era gran cosa, y un mirador. Estuvimos por los alrededores unas cuantas horas y volvimos al piso. Decidimos que era un buen momento para hacerle la casa mierda a Joaquín, y le rompimos la barra de la cortina. Por la tarde-noche Matsuki nos llevó de "tapas" por diferentes bares tradicionales, por la Osaka profunda. Una de las mejores noches sin duda, probamos comida japonesa y coreana, ya empezabamos a llevarnos mejor con los palillos chinos... probamos el sake, tanto frío como caliente, cerveza japonesa... el Caña se pidió un cóctel raro que no recuerdo bien... y ya en el último bar nos HINCHAMOS a comer brochetas de carne.




 El Castillo de Osaka y alrededores.

 El primer sitio en el que paramos.


 La fachada de uno de los bares en los que paramos, e imágenes por dentro.

 Un bar español en el que paramos a bebernos unos vinillos.


 El último bar en el que estuvimos.



Miércoles 21. Día 9. Nara.
Nos despertamos temprano y el Caña se cagó en mis muertos. Pillamos un Shinkansen hacia Nara (奈良市), y nos pasamos el día por allí, en especial en el Parque de Nara (奈良公園), en el cual hay cantidad de templos budistas, como el Tōdai-ji (東大寺), en el cual hay un buda gigante, Kōfuku-ji (興福寺), o Yakushi-ji (薬師寺), o shintoistas como el Kasuga (春日大社), además de museos y ciervos salvajes. Una de las ciudades más bonitas de Japón, sin duda, no está todo tan alborotado como en otras.
 Las calles de Nara.


 Kōfuku-ji.

 La fiesta de los ciervos.




 Tōdai-ji por fuera y por dentro.



Jueves 22. Día 10. Vuelta a Tokyo.
Era mi cumpleaños y lo celebramos... perdiendo el día entero en viajes. Volvimos al hotel donde estuvimos la otra vez y... no quedaban habitaciones, así que tuvimos que quedarnos en cápsulas, que son un poco más caras, pero en mi opinión, mucho mejor que dormir en la habitación de las 11 camas.
 Las famosas cápsulas.


Viernes 23.  Día 11. Lluvia
Un día completamente desaprovechado. Llovía y tocó descansar en la sala común del hotel, yo me di una vuelta solo por Shinjuku, buscando alguna tienda de instrumentos tradicionales, pero solo encontré tiendas gigantescas de guitarras y violines, pero nada tradicional... Por la tarde noche dejó de llover y quedamos con Yui, que andaba por Tokyo por una sesión de fotos, y nos fuimos a un parque a beber, a nuestro estilo, vaya. Por cierto, me regaló un monedero, y al Caña un pañuelo,  ambos con un estilo super japonés :). De estos días tengo más videos que fotos, ya subiré un montaje algún día...
 Los geniales desayunos que nos metíamos, y las vistas del hotel.

 Y aquí una fanta de mora.


Sábado 24. Día 12. Ueno, y últimas compras por Shibuya.
Visitamos Ueno (上野), un distrito de Tokyo bastante conocido, en el que hay un parque con diferentes museos y templos. además de un importante zoológico, al que pasamos tres pueblos de entrar. Almorzamos ramen y yakisoba, y el caña se comió un plátano de chocolate con virutas. A la vuelta volvimos a Shibuya, para comprarme la equipación del Cerezo Osaka en una tienda de futbol que ya vimos la otra vez, pero no estaba, así que me compré la del Sanfrecce Hiroshima.


Domingo 25. Día 13. Odaiba.
Prácticamente el último día, lo aprovechamos para ver la isla artificial Odaiba (お台場), con Yui, y un amigo suyo francés que vive en Nagoya, y que es un friki del rock progresivo como yo, juajuajua. Odaiba es un lugar friki donde los haya, al cual hay que llegar cruzando un puente en una especie de tranvía. En esta zona se encuentran edificios como la televisión FujiTV, o el Gundam Café (ガンダムカフェ), donde está ese robot gigante de las fotos, hay tiendas, museos, una noria gigantesca, etc... paramos a comer en un sitio de comida rápida al estilo americano, ni fú ni fá la verdad. Hicimos el gamba toda la tarde y ya nos piramos a dormir nuestra última noche en Japón. Se podría decir que aquí acabó el viaje.

 Fuji TV.


 Diversas enfermedades de Odaiba.


Anochecer en Odaiba.

Lunes 26. Día 14. Vuelta al mundo real.
Nos levantamos a las 5:30 de la mañana para pillar el Shinkansen hacia el aeropuerto de Narita (成田国際空港), para volver a Madrid, donde pasamos un día y medio con nuestro amigo Christian.
Agradecemos muchísimo a Joaquín, Manolo, Christian, Patri y Yui, por todas las molestias y blablabla etc etc etc, y soportarnos y ya tu sabeh.

Una vez he llegao aquí estoy convencido al 100% que no existe una sola posibilidad de que yo acabe viviendo en España, este país de pandereta es un pozo de mierda y cuando viajas tan lejos lo notas muchísimo más. Irse a Japón a vivir es algo super complicado, y hay que sacrificar muchísimo, más que en otros países, aún así, lo tengo en mente a diario...